hace unos días descubrí (ella se va a trabajar y viene corriendo a vestirse desde el cuarto de baño mientras yo me quedo cinco minutos mas en la cama) que se había hecho la depilación láser en el pubis, entre otros.
A mi me gusta así, siempre me ha gustado.
hace unos días cuando la llamo por el móvil para preguntarle algo de la casa al cabo, me contesta con la respiración como si viniera corriendo desde alguno de los pisos de arriba.
A pesar del tiempo transcurrido, nuestros amigos siguen pensando exactamente igual.
Somos unos raros. Lo vamos a ser siempre y lo vamos a ser así para ellos por los años de los años.
Te empeñaste en que una noche irías a dormir allá arriba, a lo alto de la torre más alta, en la mas alta del castillo. Y es que tu eres mucho más rara que yo. Y a mí me horrorizó solo pensar que...
Es más, es que te veía allí boca arriba sobre el piso de cantería aun templado por el sol de todo aquel día veraniego mirando ese cielo inmenso lleno de estrellas y a lo lejos el murmullo de la gente que aun bullía abajo en la ciudad apurando la noche estival en las terrazas de la plaza o el parque hasta la madrugada.
Es que no puedo apartar mis ojos de tu boca, de tu cara, de tus ojos que me miran con aquella sonrisa picara tan tuya. No protestas por ello. Es más, se que te gusta. Te gusta porque es lo más natural. Lo contrario sería, sí, lo extraño. Por eso tu ahí tirada en el suelo y yo aquí tirado también sobre el, apoyado sobre mí codo derecho acerco mis labios a los tuyos y me vacío el alma dentro de ti a través de las puntas de mi lengua y la tuya. Despacio, muy despacio, apoyado ahora en mi mano izquierda separo un poco el escote de tu camisa y mi mano derecha ahora te acaricia el pecho peleando con el tejido elástico del sujetador.
Al final yo dormiré y tu dormirás y no veremos las estrellas sino la galería de madera o el techo de escayola de aquella habitación.
Estoy viendo a través de la ventana mientras escucho la música y escribo como se ilumina el cielo a ratos y el negro que es todo lo que me deja ver el brillo de la pantalla del monitor de pronto se convierte en nubes oscuras coloreadas por cada relámpago. Seguramente en otro momento me adentraría en la tormenta como tantas otras noches. Me gusta ver de cerca el espectáculo. Relativamente cerca desde aquella vez que me pillo en campo abierto a varios kilometros del coche en uno de esos lugares, en mi tierra hay muchos paisajes diferentes por algo es mas grande que mas de un país europeo, lugar de esos en que todo lo que queda a la vista hasta el horizonte se vuelve amarillo y tan solo alguna encina perdida aquí y allá hace pensar que hay vida ahí en la inmensidad ocre.
Ahora suelo ver el espectáculo a solas. Pero no estoy solo.
Vuelve de nuevo el verano y los cielos azulados llenos de estrellas, como aquellos, aunque ahora solo, para recrearme en su calidez y en sus ausencias. Hace un ratito al pasar junto la puerta de la terraza por la cristalera de ella las he visto brillar y enseguida he pensado salir a mirar y de paso hacer una nueva foto. Pero mientras quitaba el filtro que no me iba dejar pasar la suficiente luz, las nubes han cubierto a trozos el cielo y tan solo alguna neblinosa se dejaba ver a duras penas. Al instante se ha iluminado el cielo por un relámpago y si. Ciertamente aquí esta de nuevo el verano.
Al fin he tenido que echar mano del archivo y volver a subir esa otra fotografía. Recuerdo que deje la cámara sobre el techo de mi "Cuatro latas" y deje que la imagen fuera dejándose capturar hasta quedar presa en el sensor de mi cámara, lo que dada la oscuridad reinante, me dejo tiempo de sobra para pensar en aquellas otras noches veraniegas mucho mas cálidas que esta. Y no por el meteoro precisamente.
No, no lo veréis pero su espíritu esta ahí en ese cielo estrellado.
